Historias de la Madrugá – Por Luis Baras

IMG-20170415-WA0010
Jueves Santo 2017, calle Pureza, 11:00 de la mañana, frente a la Capilla de Los Marineros…¿Devoción o degradación y falta de respeto?…¿Quien lo consiente?

Por Luis Baras

Siento ir en contra de la corriente alarmista que nos ha puesto en primer plano de la información y que tanto daña la imagen de Sevilla y su Semana Santa por unos hechos que, según mi criterio, nada tienen que ver con las famosas «carreritas» de hace 17 años que tuvieron otros diseños y motivaciones.

En este caso han sido mas producto de la histeria colectiva, por lo que está pasando en materia terrorista en el mundo, que por una acción coordinada y provocada por unos delincuentes de poca monta y unos niñatos. La gran degradación y el peligro es la actitud de muchos ciudadanos que desde la creencia que «la calle es mía» han deteriorado la madrugada desde hace unos años llegando a límites insólitos. Lo sorprendente es que no pasen mas cosas.

Timbas de cartas, sentadas con alcohol, gente tiradas en colchonetas en la calle Pureza desde la mañana del jueves Santo ocupando aceras, como si tratara de un concierto, entre bebidas, sillas y tumbonas de playa, cachimbas y hasta guitarras. Una imagen lamentable para una ciudad cuya principal fuente de ingresos es el turismo y la Semana Santa, al margen de devociones, es un motor económico imprescindible. El que no cuida su casa difícilmente la puede vender.

En fin, cualquier nazareno de la madrugada sabe de lo que hablo y lo viene viendo en los últimos años y lo ha sufrido. El día que se asumió el uso de la sillita y que las autoridades lo admitieron por una falsa política de gestos y de igualdad empezó la degradación. Es curioso, se lucha contra los veladores por invadir espacios públicos, a pesar que dan puestos de trabajo, y no se sabe solucionar, o «no se quiere», un problema que el día que haya una avalancha de verdad provocará una verdadera catástrofe.

Entonces alguien será responsable. Los sevillanos siempre supimos manejarnos en la bulla y, al margen de la condición social o de la ideología, siempre supimos respetar las normas, nuestras tradiciones y a las personas. Pero alguien estimó que eso no era libertad y se «cargó la jangá». Hoy una bulla es una ratonera peligrosa porque siempre delante hay un obstáculo en forma de muro compuesto por gentes sentadas en sus sillitas, bloqueando las aceras y dispuestas a encararse contigo al más mínimo roce por aquello de que este espacio lo ocupo porque estoy en mi derecho.

Durante siglos las procesiones se han visto de pié y nadie protestaba. A la Semana Santa hace ya mucho tiempo que se le perdió el respeto empezando por las propias hermandades implicadas que pusieron sus intereses por encima de los de los ciudadanos e incluso de sus propios hermanos. Se que ahora me argumentaran algunos que si la carrera oficial y las sillas de pago ocupan también la ciudad y que todos tienen derecho y que si los ricos y los pobres, y los argumentos y la demagogia de siempre…lo se.

Pero todo esto se veía venir simplemente observando al personal. Un nazareno de la «madrugá» sale a jugársela, a ver escenas de todo tipo, a sufrir y a no ser respetado, no a hacer penitencia y así no merece la pena. Esto lo ha generado el paso atrás educacional y la degradación del comportamiento social, pero también los que lo han consentido y justificado y mirado para otro lado……Ahora todo son prisas por arreglar lo imposible porque se tardaría varias generaciones en recuperar la educación cívica que es el verdadero problema, …….ahora de aquellos lodos vinieron estos barros.

IMG-20170416-WA0069

Deja un comentario