Caso Criado…o el pecado por omisión

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Por Luis Baras

21/07/2015

Tanto en política como en la vida civil suscribo y exijo como ciudadano que se aplique la presunción de inocencia porque abogo y defiendo una sociedad en la que el linchamiento social y el juicio de telediario se erradique de una vez por todas. Dicho esto, y sentado este principio jurídico, no entiendo que el Sr. Criado, al que conozco desde hace años y con el que siempre he mantenido una relación cordial, a la vista de este escándalo mediático, no haya presentado su dimisión como hermano mayor de Pasión para evitar el daño colateral que su situación le está causando a su hermandad.

Está claro que su obligación y su derecho es defenderse y tratar de demostrar esa inocencia que el proclama y que debe estás protegida pero, lo mismo que un político imputado, debe defenderse apartándose de la actividad pública y sin aferrarse al cargo, igual debería comportarse alguien que accedió por la confianza que depositaron en él sus hermanos creyendo en su idoneidad cristiana, gestora, moral y ética, ahora denunciada públicamente. Ahora muchos de los ellos, ante la gravedad de los hechos de los que se le acusa, dudan de él con toda su legitimidad y lógica. Apartarse para demostrar su inocencia sería un gran gesto de respeto y amor por su hermandad y evitaría que cada noticia sobre estos lamentables hechos siempre fuera acompañada por el título del cargo y de la hermandad en la que lo ocupa.

Establecido este criterio, personalmente no entra en mi cabeza que más de 30 personas, algunas de ellas muy relevantes socialmente, se hallan inventado y puesto de acuerdo para establecer una acusación tan grave y de tantas consecuencias para el futuro de una persona también relevante como el Sr. Criado porque, si eso fuera así, si todo fuera un plan urdido contra él con el único ánimo de acabar con su prestigio y manchar de camino todo lo que le rodea, entonces está sociedad estaría moralmente podrida y sería como para salir corriendo de ella.

Pase lo que pase, y se demuestre lo que se demuestre, este episodio no tiene vuelta atrás, alguien dice la verdad y alguien miente y nos debería obligar a todos a una profunda reflexión sobre la mentira en la que a veces vivimos y con la que colaboramos mirando hacia otro lado, volviéndonos de espaldas para no ver una realidad que no nos gusta. Prueba de ello es el tratamiento que, dependiendo del medio, se le está dando a este triste y lamentable caso. El pecado por omisión se ha convertido en el el gran pecado de la sociedad actual. Incluso los que solo opinamos de este asunto, como simples ciudadanos, también debemos ser muy conscientes del sesgo de nuestras opiniones y de la responsabilidad de nuestros argumentos.

El caso Criado nos demuestra una vez mas que las varas de medir que se aplican en la información, en la sociedad e incluso en la justicia son distintas dependiendo de quien. Como periodista veterano solo creo en la honestidad, la equidad y el rigor en el tratamiento de la información y en la aplicación de la justicia afecte a quien afecte, pero ese es un sueño que tras cerca de 40 años en la profesión no he visto cumplido jamás. Desde hace años, y en determinados círculos, ya se hablaba de estos hechos y de la persona en cuestión, y a muchos nos había llegado la información incluso con nombres y detalles de los supuestos afectados, muchos de los cuales ahora figuran en la plataforma de acusación.

Unos no daban crédito, otros esperaban la denuncia por parte de algún afectado, otros establecían la imposibilidad de que eso pudiera ser verdad. Otros callaban deliberadamente por miedo al escándalo y dado los nombres y la entidad de los protagonistas. Hace unos años llegó la primera denuncia, se archivó la causa y muchos respiraron tranquilos dando el caso por cerrado. En algunos organismos cercanos al mundo cofrade se agradeció el sobreseimiento de la causa. En ese momento era mas importante evitar un escándalo de ese calibre que la posibilidad que fuera verdad. Los medios apenas se hicieron eco. Sin embargo el tema no paró, a pesar de que el rumor seguía día tras día, nadie siguió investigando un caso tan grave en un tiempo en el que se investiga todo, en el que un comentario de mal gusto en una red social no solo provoca un escándalo nacional sino que puede acabar con con una carrera o el prestigio de cualquiera. Nadie investigó nada..cuando muchos sabían «mucho» de lo que se decía «sotto voche»…..pero nadie movió un dedo por averiguar que estaba pasando de verdad.

Este caso deja bien a las claras esa parte oscura, falsa y terrible de esa llamada sociedad mediática de la que muchos hablamos por lo bajo y de toda la información que de ella se sabe y, sin embargo, no se porque razones, algunos no se atreven a denunciar y, cuando surge la oportunidad de hacerlo, lo hacen evitando mojarse lo menos posible……..Esta es la sociedad en la que vivimos…..que cada uno obre en conciencia pero personalmente creo que es solo la punta de la decadencia en la que lamentable y e irremisiblemente hemos entrado desde hace tiempo….

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